TRANSPARENCIA
¿Cómo de honestos hemos llegado a ser una vez?
Sincerarse en la totalidad, lanzar nuestra armadura al vacío y desnudarse interiormente hasta que el frío penetre nuestro alma.
Debe de ser un momento único en nuestras vidas poder mostrar la verdadera naturaleza humana, su mediocridad frente a la realidad, frente al mundo.
En vez de aprender a nadar, a romper nuestros límites y muros nos hemos acomodado en una "cárcel" dando gracias por que nos den algo de pan y bebida. Sin (querer) poder escapar de nuestra jaula, encadenados por nuestro miedo a la libertad.
Hemos hecho una vida totalmente artificial, nuestro intelecto nos tiene presos con lo que algún día lo llamamos "invención".
No estamos solos, mi compañera de celda se llama Hipocresía y es la que me ayuda a aguantar otro día más, la que hace que limpie mis cadenas y me sienta orgulloso de tenerlas limpias.
Si pensamos demasiado nos llaman locos, si pensamos poco vacíos. ¿En qué quedamos?
Transparencia, al igual como la luz que se cuela entre los barrotes de nuestra celda.
¿Es acaso nuestra condena a muerte pasar el resto de nuestra vida vivir encadenados al Sistema qué creamos?
Nos avergonzamos de mostrar nuestro lado más puro ante los demás por miedo a ser rechazados, ¿no somos los primeros en despreciarnos a nosotros mismos antes que nadie?
A ponerse de nuevo la coraza, la máscara, la capa que oculte de nuevo aquello que sacamos a la luz.
Por muy curioso que sea, en una vida opuesta intentamos ser lo más abiertos posibles, en función de nuestros intereses.
Con el objetivo de parecerse lo máximo a un maniquí de un escaparate. De no parecer vulnerable y buscar ante todo la aprobación social, el "like".
Critico ante todo nuestra hipocresía de intentar parecer más de lo que somos en realidad, de estar hechos de plástico y vacíos por dentro.
El primero que busca mostrar transparencia y no superioridad de ser transparente soy yo.
De valerse de la humildad y el reconocimiento por los logros ajenos y aceptar por muy distinto que sea los pensamientos de quien me rodea.
Porque esa es la verdadera muralla, la tendencia a conducir a los demás a un pensamiento único, a castrar su individualidad y no a enriquecerla con otras visiones de la vida.
Podemos indignarnos, a intentar corregir a los demás, a que sigan nuestro ejemplo. Miles de ideas para poder controlar nuestra realidad.
Porque no aceptamos la diferencia e intentan cada día en convertirnos en seres estériles, indiferentes y auto destructivos.
No hay más transparencia que la sabemos sacar de nuestra alma.
El resto son meros reflejos.
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