DESINTOXICACIÓN SOCIAL
Tras 3 semanas haciendo voluntariado, mi salida de la zona de confort me ha conducido a intrigantes y existenciales reflexiones acerca de vivir en comunidad, la lucha contra mi ego y mis sombras.
En primer lugar, vivir en comunidad bajo el proyecto de construir una cabaña de pastoreo a 1400 metros me ha obligado a adaptarme en un espacio en el que todo se hace por todos.
Esto quiere decir que una parte de mi ha tendido de sobreponer mis intereses personales con los colectivos, dándose el conflicto de cuestionarme si debo de comer, descansar o rendir más o menos que los demás.
Por otro lado, el pensamiento colectivo, al haber menos comodidades, se ha volcado a controlar en cada uno de los 15 voluntarios si alguno de nosotros trabajaba menos que el resto, es decir, si nos encontrábamos haciendo una misma tarea común y alguien prefiere irse a comer en vez de darse una ducha, esto provocará un conflicto grupal porque la obligación del momento es ayudar.
La salida de la zona de confort puede ser el punto más decisivo en esta experiencia.
De algún u otro modo, el ego ha intentado recuperar lo que se le ha quitado retomando inconscientes hábitos de volver a la posición en la que se encontraba.
Pasar 3 semanas en la montaña ha hecho que valore realmente las comodidades de mi vida, como por ejemplo subir 500 metros de altura para buscar agua o tener que hacer una subida de 2 horas con 20 kilos de comida en la mochila.
Cuando se trata de realizar acciones por el grupo, el individualismo que nos integra la sociedad es lo primero que se resalta, por eso hablo de una desintoxicación social.
3 semanas apenas usando el móvil, alejado de vómitos virtuales sacados de una caja y dejando de lado el zoológico social en el que me encuentro.
Hay algo más que me ha inquietado.
Mi conexión espiritual con la naturaleza.
¿Cómo algo que nos está dando la vida somos capaces de destruirlo?
¿Hasta qué punto llegará el ser humano a pensar en lo que ha causado cuando tenga una hoja muerta en sus manos?
¿Es para esto en lo que hemos sido creados? ¿En sustituir árboles por rascacielos? ¿En prados por aparcamientos?
Tan solo invitar al lector a mirarse las manos, si han sido creadas en destruir para construir o en construir para destruir.